¿CÓMO SE TRATA LA ONICOMICOSIS?

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¡Hola de nuevo!

En este post queremos hablaros acerca de los tipos de tratamientos para combatir la onicomicosis utilizados más comúnmente en el ámbito de la podología.

  • Por un lado tenemos los tratamientos químicos. Se trata de hacer caer la uña mediante pomadas con alta concentración en urea, un principio activo que producirá lo que nosotros en nuestro vocabulario médico ininteligible (ala…ahí va otra…) llamamos avulsión química de la lámina ungueal. Una vez desenganchada la uña habrá que tratar con pomadas antimicóticas el lecho ungueal durante 4 semanas. Luego haremos un seguimiento bimensual hasta su total crecimiento. Este tipo de tratamiento no se recomienda en pacientes con vasculopatía periférica o diabetes.

 

  • Otra opción son los tratamientos vía tópica. Previo al inicio del tratamiento se debe realizar una “purga” profunda de la uña, eliminando toda aquella parte de lámina ungueal que presente infección mediante un fresado clínico.  Se tratan de lacas tipo esmalte de uñas incoloro. Hay diferentes casas comerciales con diferentes modos de aplicación. A nosotros nos gustan aquellos que se aplican diariamente, ya que es más fácil crear un hábito. Crear este hábito es básico para el éxito del tratamiento. A nuestros pacientes les solemos remarcar dos puntos: paciencia y constancia. Paciencia ya que el tratamiento es de larga duración y dependerá de la cantidad de lámina ungueal afectada. Para haceros una idea, una uña tarda un año en crecer desde la matriz a la zona libre de la uña. Y si, a ti también, no te crecen más rápido que a los demás. Todos los pacientes creen que a ellos les crecen más rápido que la media científica. Y constancia, ya que el paciente debe desarrollar un hábito diario de aplicación del producto (nosotros recomendamos por la noche, puesto que por las mañanas todo son prisas) y acudir a consulta cada dos meses para hacer la purga de la lámina ungueal. Ambas cosas son importantes, esenciales diríamos, para el éxito del tratamiento. Así pues tenemos, que se trata de un tratamiento de larga duración, que hay que aplicarse un producto diariamente y que hay que acudir a la consulta del podólogo par  el fresado clínico de la uña.

 

  • Otro tipo de tratamiento sería el oral. Solo se recomienda en aquellos casos en los que haya una afectación igual o superior al 50% de la lámina ungueal o cuando fracasen tratamientos vía tópica. El tratamiento oral suele durar 3 meses y supone una supervisión  mediante analíticas de la función hepática y renal a medio tratamiento. En definitiva, es un tratamiento fuerte que en nuestra opinión debe reservarse como última opción tras el fracaso de todos los demás tratamientos, y siempre en pacientes sanos (nosotros pediríamos una analítica previa, que hay quien dice que está sano y más que hígado tiene foie…).

 

  • Por último tenemos el láser. Tratamiento de última generación. Hay quien dice que es caro, nosotros creemos que eso depende de su efectividad, y para eso hace falta tiempo.